sábado, 18 de octubre de 2014

Rápido, Lento


Rápido equivale a atareado, controlador, agresivo, apresurado, analítico, estresado, superficial, impaciente y activo; es decir, la cantidad prima sobre la calidad.

Lento es lo contrario: sereno, cuidadoso, receptivo, silencioso, intuitivo, pausado, paciente y reflexivo; en este caso, la calidad prima sobre la cantidad.

La lentitud es necesaria para establecer relaciones verdaderas y significativas con el prójimo, la cultura, el trabajo, la alimentación..., 
en una palabra, con todo.

La paradoja es que la lentitud no siempre significa ser lento.

Como veremos, a menudo realizar una tarea con lentitud produce unos resultados más rápidos. 

También es posible hacer las cosas con rapidez al tiempo que se mantiene un marco mental  lento. 
Un siglo después de que Rudyard Kipling escribiera acerca de mantener la cabeza en su sitio, mientras cuantos te rodean pierden las suyas, la gente está aprendiendo a mantener la serenidad, a conservar un estado de lentitud interior, incluso mientras se apresuran para terminar una tarea en la fecha fijada o llevar a los niños a la escuela sin ningún retraso


Carl Honoré

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