miércoles, 1 de octubre de 2014

El Lugar Sagrado


Existen lugares en que lo sagrado es mundialmente renombrado, podéis ir allí, pero no os dejéis sugestionar nunca, permaneced lúcidos y atentos, no consideréis como sagrado y benéfico para vosotros más que los lugares en que vosotros los sentís interiormente como tales.

Dejaros penetrar por lo que emana del vegetal y del mineral. 

Sentid el manas, el poder que reside en algunos lugares u objetos.

Puede que un árbol nos sorprende por su aspecto, permaneceremos durante bastante tiempo contemplándolo y de tiempo en tiempo volveremos para contemplarlo.

Él infundirá en nosotros una influencia que marcará nuestra alma.

Esto será igual para un claro en el bosque, un desierto o cualquier otro lugar donde la naturaleza está particularmente cargada de efluvios. Para cualquier otro sitio de poder.

Una montaña nos atraerá, y su ascensión constituirá una iniciación imborrable a los niveles más sutiles.

Las abluciones en una fuente o en un río nos purificarán de una manera inolvidable...

Se establecerá entre nosotros y algunas obras de arte una estrecha y positiva comunicación. 

Tener cerca de uno tal objeto artístico, constituirá una verdadera bendición.

Pero a veces un simple guijarro encontrado en el camino, un trozo de madera o cualquier objeto, aparentemente banal, nos sorprenderá por lo que de él se desprende, y sin caer en el fetichismo, guardarlo y llevárnoslo constituirá una fuente de enriquecimiento.

La misma intuición nos impulsará a frecuentar a unas personas, y a evitar a otras. 
A adoptar a tal animal, o a no hacerlo. 
A escoger una casa o apartamento, y rechazar otra.
A determinar en una habitación cual es el lugar más propicio para nuestro espíritu, y a utilizar este lugar para nuestras reflexiones y contemplaciones.
Es inútil el multiplicar los ejemplos.

Quien desarrolla su intuición sagrada, ve toda su vida entera enriquecida, dirigida y protegida por esta intuición.

No creáis que toda la Sabiduría esté en los libros.

La Sabiduría, en sus formas más elevadas y más incomunicables, se descubre en el silencio de los lugares en donde vibra lo sagrado. 

Tal es la etapa que es preciso vivir antes de comprender que todo es sagrado.

Antes de saber percibir lo Divino en lo más hondo de las cosas que en su apariencia se muestran las más opuestas a Él.

Pues lo Divino está en todo, a veces vibrando y brillando, a veces silencioso y potencial, esperando la hora de su revelación.

Empaparos de lo Divino allí en donde brilla.

Percibid lo Divino allí en donde se oculta.


Y en todo dejaros guiar por una intuición que se abre hacia lo alto. 


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