La única
manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te
gusta, y hacer lo que preferirías no hacer.
Buenos
amigos, buenos libros y una consciencia dormida; esa es la vida ideal.
No puedes
confiar en tus ojos cuando tu imaginación está desenfocada.
Pesimismo
es el nombre que hombres de valor débil dan a la sabiduría.
Para ser
feliz tienes que vivir en tu propio paraíso. ¿Acaso pensaste que el mismo
paraíso puede satisfacer a toda la gente sin excepción?
Siempre que
prometes que no harás algo terminarás con ganas de hacerlo.
El verano
es la época del año en la que hace demasiado calor para hacer las cosas que no
hacías en invierno porque hacía demasiado frío.
No hay nada
más molesto que un buen ejemplo.
Fue
maravilloso descubrir América, pero hubiera sido más maravilloso no
encontrarla.
La persona
que no lee buenos libros no tiene ventajas sobre aquella que no sabe leer.
Quien no
sabe a dónde se dirige, estará muy sorprendido al llegar a un lugar equivocado.
Las arrugas
sólo deberían indicar en dónde han estado las sonrisas.
Miles de
genios viven y mueren sin ser jamás descubiertos, ya sea por los demás o por sí
mismos.
El derecho
a la estupidez es una de las garantías para el libre desarrollo de la
personalidad.
Los libros
clásicos son aquellos que cada uno considera que es necesario leer y nadie lee.
La peor
soledad es no estar a gusto contigo mismo.
Crear al
hombre fue una idea interesante y original; pero añadir a la oveja fue una tautología.
Si todo el
mundo pensara de la misma manera, nadie hubiera apostado en las carreras de
caballos.
La fortuna
golpea la puerta de cada hombre una vez en la vida, pero en muchos casos el
hombre está en el bar más cercano y no la oye.
A los 50
años el hombre puede ser un burro sin ser optimista pero ya no puede ser
optimista sin ser un burro.
Nos gustan
las personas que dicen lo que piensan siempre y cuando piensen igual que
nosotros.
"Los
niños y los tontos siempre dicen la verdad", dice un proverbio viejo.
La
conclusión es clara: los adultos y los sabios nunca dicen la verdad.
El 1 de
abril es el día que nos recuerda lo que somos los otros 364 días del año.
No hay nada
más patético que un hombre explicando su broma.
Muchas
veces la manera más segura de confundir a una persona es decirle la verdad.
Ser bueno
desgasta al ser humano.
Me alababan
un gran número de veces y siempre me avergonzaba; cada vez sentía que se podía
decir más.
Cuando mi
esposa y yo estamos en desacuerdo, solemos hacer todo como ella quiere. Ella lo
llama un compromiso.
Cuando yo
tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero
cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había
aprendido en siete años.
Dejar de
fumar es fácil. Lo hice un centenar de veces.
Nunca
permití que la escuela interfiriera en mi educación.
Es mejor
estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar todas las dudas.
Si
necesitas dinero, ve con un extraño; si necesitas consejo, ve con tus amigos; y
si no necesitas nada, ve con tus familiares.
Proponte
hacer cada día algo que no sea de tu agrado. Esta regla de oro te ayudará a
cumplir tus responsabilidades sin repugnancias.
Si te diste
cuenta de que estás apoyando a la mayoría, es la indicación de que llegó la
hora de cambiarse.
No dejes
para mañana lo que puedes dejar para pasado mañana.
Cuando
dudes, di la verdad.
Si estás
enojado, cuenta hasta cuatro; si estás muy enojado, menta madres.
La verdad
se tiene que servir como se sirve un abrigo, no hay que aventarla a la cara
como una toalla húmeda.
Se
necesitan más de tres semanas para preparar un buen discurso improvisado.
Siempre haz
lo correcto. Esto complacerá a unos y sorprenderá a los demás.
Compra
tierra porque ya nadie la fabrica.
No discutas
con los idiotas. Bajarás a su nivel y allí te aplastarán con su experiencia.
La verdad
es lo más valioso que tenemos. Vamos a ahorrarla.
Vivamos de
tal manera que, cuando muramos, hasta el de la funeraria lo sienta.
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