miércoles, 31 de mayo de 2023

La Felicidad

Se reprocha a los escritores su inclinación a tratar temas sombríos, tristes, dramáticos, sórdidos y nunca o casi nunca temas felices.

No creo que ello sea fruto de una preferencia, sino imposibilidad de sortear un escollo.

Ocurre que la felicidad es indescriptible, no se puede declinar la felicidad.

Es por ello que los cuentos populares y los cuentos para niños e incluso los filmes norteamericanos ‘final feliz’, terminan siempre con una fórmula de este género:

‘Se casaron y fueron felices’.

Allí el narrador se detiene, pues ya no tiene nada que decir.

Donde empieza la felicidad, empieza el silencio.

Julio Ramón Ribeyro

 


 

martes, 30 de mayo de 2023

El Zapatero Y El Hombre Rico

Había una vez un zapatero que disfrutaba mucho con su trabajo, pese a que solo le alcanzaba para lo justo.

Tenía por vecino a un hombre muy rico, al que le sorprendían los cánticos felices del zapatero, pues vivía en una humilde morada, así que un buen día fue a visitarlo. ‘¿Cuánto gana al día?’, preguntó.

‘Pues mire, vecino. Por mucho que trabajo solo obtengo unas monedas para vivir con lo justo, por lo que la riqueza no es el motivo de mi felicidad’, contestó.

‘Eso pensé y vengo a contribuir a su felicidad’, dijo el hombre, mientras le extendía una bolsa llena de monedas de oro.

El zapatero no se lo podía creer.

Tras agradecer el gesto al hombre rico, guardó con celo su fortuna bajo su cama, pero, a partir de entonces, ante el temor de que pudieran robarle, no dormía bien y su trabajo se vio tan resentido por la falta de sueño y energía que dejó de cantar de felicidad.

Así que decidió devolver las monedas a su vecino.

‘Verá, antes de tener esta fortuna era muy feliz. En cambio, ahora, solo vivo preocupado por proteger mi fortuna y no tengo ni siquiera la tranquilidad para disfrutarla’, le dijo al hombre rico, que se quedó muy sorprendido.

No obstante, ambos comprendieron el mensaje: que la riqueza material no es garantía de la felicidad.

 Fuente: Revista Pronto

Ilustración: Alberto Vázquez

Edición y arreglos: Marian Gómez

domingo, 28 de mayo de 2023

No Te Olvides

No te olvides…

De que siempre hay alguien o algo esperando por ti, algo más fuerte, más inteligente, más malo, más amable, más duradero, algo más grande, algo mejor, algo peor, algo con ojos de tigre, mandíbulas de tiburón, algo más loco que la locura, más cuerdo que la cordura, siempre hay alguien o algo esperando por ti mientras te pones los zapatos

o mientras duermes o cuando vacías un tacho de basura o acaricias un gato o cepillas tus dientes o festejas un feriado siempre hay alguien o algo esperando por ti.

Métetelo en la cabeza para que cuando pase estés lo más listo posible.

Mientras, que tengas un buen día si es que todavía estás ahí.

Yo pienso que estoy, me acabo de quemar los dedos con éste cigarrillo.

 Charles BukowskiFinal del formulario


sábado, 27 de mayo de 2023

Cuando Se Cierra La Casa De Los Abuelos...

Uno de los momentos más tristes de nuestras vidas llega cuando se cierra para siempre la puerta de la casa de los abuelos, y es que, al cerrarse esa puerta, damos por finalizados los encuentros con todos los miembros de la familia, que en ocasiones especiales se juntaban, se enaltecían los apellidos como si de una familia real se tratase, y llevados siempre por el amor a los abuelos.

Cuando se cierra la casa de los abuelos, se corta el lazo que unía a la familia y damos por cerrado nuestro refugio, aquel lugar donde siempre nos recibían felices y nos cocinaban nuestro plato favorito, donde nunca faltaban las anécdotas que nos enseñaban de dónde venimos y se terminaban las tardes de alegría con tíos, primos, nietos, sobrinos, padres y hermanos.

Se terminan las tardes de juego con los primos, el olor a pan casero hecho por la abuela, el mate cocido y lo que no podía faltar, la sopa de las noches...

‘La casa de los abuelos, el mejor lugar del mundo’.


miércoles, 24 de mayo de 2023

¿Qué Es La Espiritualidad?

La espiritualidad es mirar a tu vecino y comprender que su mal humor es causa de su dolor y no sentirte ofendido.

Espiritualidad es que las cosas no salgan como tú deseas y aceptar que así ha de ser para tu aprendizaje.

Espiritualidad es hacerte responsable de tus circunstancias, es no creerte la víctima, es no culpar a nadie de lo que te sucede.

Espiritualidad es vivir en la alegría, o en el silencio, o en el bullicio, o en la tormenta, o en la luz, o en la oscuridad, vivir lo que la vida te propone, sin pretender que sea otra cosa.

Espiritualidad es comprender que si te enfermas, no solo hay que atender los síntomas físicos, sino también ver que emociones no estás gestionando y atender que lo que hace tu cuerpo es mandarte un mensaje.

Espiritualidad es caminar disfrutando de cada paso del camino, independientemente de lo que te suceda.

Es atender las emociones sin identificarte con ellas.

Es cuidar tus pensamientos y tus palabras.

Es ser coherente y mantener la autenticidad en todos los ambientes y en todas las circunstancias.

Espiritualidad es abrazarlo todo.

Es amar el mundo tal y como es, con todo lo que contiene.

Sin juzgarlo, sin quejarte, sin poseer.

Espiritualidad es compartir, es estar en paz.

Es dejar que cada uno viva como le plazca.

Es comprender que nada es real y que a la vez, hay que ser impecables a la hora de jugar la partida de la vida.

Y no hablo de religión, no hablo de dogmas, no hablo de pecados, no hablo de creencias, no hablo del bien y del mal, no hablo de iglesias, ni de maestros, ni de normas.

Hablo de lo que late cuando consigues parar y mirar hacia dentro, y te das cuenta de que no tendría sentido la vida, si solo fuéramos materia.

Si solo estuviéramos aquí para pasar el rato.

Si solo fuéramos un puñado de carne, de vísceras, de arterias.

Si solo fuéramos un deseo atrapado en un cuerpo, sin un alma que anhela sentir de nuevo, el amor del que sin duda forma parte.

lunes, 22 de mayo de 2023

La Terrible Sinceridad

“No mire lo que hagan los demás.

No le importe un pepino lo que opine el prójimo.

Sea usted, usted mismo sobre todas las cosas, sobre el bien y el mal, sobre el placer y sobre el dolor, sobre la vida y la muerte.

Usted y usted.

Nada más".

“Y será fuerte como un demonio entonces.

Fuerte a pesar de todo y contra todos.

No importe que la pena lo haga dar de cabeza contra una pared, interróguese siempre, en el peor minuto de su vida, lo siguiente: ‘¿Soy sincero conmigo mismo?’

Y si el corazón le dice que sí, y tiene que tirarse a un pozo, tírese con confianza.

Siendo sincero no se va a matar, porque no se puede matar.

La vida, la misteriosa vida que rige nuestra existencia impedirá que usted se mate tirándose al pozo. [...]

Me dirá usted: ‘¿Y si los otros no comprenden que soy sincero?’

¡Qué le importa a usted de los otros!

La tierra y la vida tienen tantos caminos con alturas distintas, que nadie puede ver a más distancia de la que dan sus ojos.

[...] Me dirá usted: ‘¿Y si me equivoco?’

No tiene importancia.

Uno se equivoca cuando tiene que equivocarse.

Ni un minuto antes ni un minuto después.

¿Por qué?

Porque así lo ha dispuesto la vida, que es esa fuerza misteriosa.

Si usted se ha equivocado sinceramente, lo perdonarán.

O no lo perdonarán.

Interesa poco.

Usted sigue su camino [...]

La sinceridad tiene un doble fondo curioso.

No modifica la naturaleza intrínseca del que la práctica, y sí le concede una especie de doble vista, sensibilidad curiosa, y que le permite percibir la mentira, y no sólo la mentira, sino los sentimientos del que está a su lado.

Hay una frase de Goethe, respecto de este estado, que vale un Perú.

Dice:

‘Tú que me has metido en este dédalo, tú me sacarás de él’.

Vea, amigo: hágase una base de sinceridad, y sobre esa cuerda floja o tensa cruce el abismo de su vida, con su verdad en la mano y va a triunfar.

No hay nadie, absolutamente nadie, que pueda hacerlo caer.

Y hasta los que hoy le tiran piedras, se acercarán mañana a usted para sonreírle tímidamente.

Créalo, amigo.

Un hombre sincero es tan fuerte que sólo él puede reírse y apiadarse de todo.

Roberto Arlt

Fragmento de "La Terrible Sinceridad