La flecha es tu INTENCIÓN.
Es lo que une la fuerza del arco
con el centro del blanco.
La intención del ser humano tiene que ser cristalina, recta, bien equilibrada.
Una vez que la flecha parta, no volverá.
La intención del ser humano tiene que ser cristalina, recta, bien equilibrada.
Una vez que la flecha parta, no volverá.
Por lo que, si los movimientos que
te han llevado a través del proceso no han sido precisos y correctos, es mejor
interrumpirlo y no actuar precipitadamente sólo porque el arco ya está tenso y
el blanco espera.
Pero nunca dejes de manifestar tu intención si lo único que te detiene es el miedo a errar.
Pero nunca dejes de manifestar tu intención si lo único que te detiene es el miedo a errar.
Si hiciste los movimientos
correctos, da los pasos necesarios y acepta el reto, abre la mano y suelta la
cuerda.
Aunque no des en el blanco, sabrás
afinar la puntería la próxima vez.
Si no te arriesgas, nunca sabrás qué cambios eran necesarios.
Si no te arriesgas, nunca sabrás qué cambios eran necesarios.
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