Cada
decisión se trata de vida y muerte.
Lleva
a más o a menos vida.
En
ese sentido, no es importante cuán grandes o cuán trascendentales sean nuestras
decisiones.
Con
relación a la vida y a la muerte, tienen el mismo alcance.
Aquel
que demora o posterga una decisión, aquel que considere poder escapar de ella,
se ha decidido, de la misma manera, por más o menos vida.
Muchas decisiones son tomadas con despreocupación, sin tener en cuenta su efecto en nuestra vida.
Muchas decisiones son tomadas con despreocupación, sin tener en cuenta su efecto en nuestra vida.
Si
las evaluáramos en ese sentido, seríamos más cautelosos.
Una
decisión pocas veces viene sola.
Implica
más decisiones.
Sin
embargo, la primera decisión es la que señala la dirección.
Por
ejemplo, qué profesión escogemos o qué pareja elegimos para la vida.
La
decisión básica siempre es la decisión de vivir y de vivir la propia vida
plenamente.
Todas
las decisiones que reducen o que prefieren algo por sobre esto acercan a la
muerte, a menudo a la muerte prematura, al final prematuro.
¿Cómo
tomamos la decisión correcta?
De cara a la muerte.
De cara a la muerte.
Podría
ser nuestra última decisión.
¿Cuál es su efecto?
Esa decisión cuenta.
¿Cuál es su efecto?
Esa decisión cuenta.
Cuenta
para la vida.
Al
mismo tiempo, después tomamos menos decisiones, solamente aquellas que cuentan.
Cuando
otros deciden por nosotros, ¿para quién cuenta entonces?
Cuenta
a favor de la vida de ellos, en contra de la vida nuestra.
Por
lo tanto, en gran medida evitamos tomar decisiones por otros y quedamos con
nuestra decisión, sea lo que fuere que otros quieran decidir por nosotros.
Por
eso no es necesario que nuestra decisión sea una carga para nadie.
En
ese sentido, ellos quedan liberados de nuestra decisión.
Más
allá de esto hay una decisión que impera sobre nuestra vida, una decisión cuya
dimensión permanece oculta para nosotros.
¿Debemos
temerle o podemos confiar en ella?
Si
permanecemos centrados, luego de un tiempo nos sentimos en sintonía con esa
decisión y tomamos nuestras decisiones con confianza, también aquellas
decisiones que significan una carga para otros.
Esa
decisión cuenta, cuenta siempre.
Cuenta
para la vida, para toda la vida, incluso más allá de esta vida.
Esa
decisión es buena.
Bert
Hellinguer
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