domingo, 18 de octubre de 2015

Girar


David Kantorovitz























Hace mucho tiempo un genio malvado, celoso de la intensa pasión que sentían dos enamorados, convirtió a la chica en cañaveral y al chico en pájaro.
Pero como ni aún así pudo conseguir que se separaran, cogió al pajarillo y lo encerró dentro del pecho de un pastor que dormía por allí cerca.

Sin embargo, cuando el pastor despertó y escuchó el sonido del viento pasar por entre el cañaveral, sintió en su pecho al pajarillo revolotear en su interior, elevándolo hasta regiones del amor nunca antes conocidas ni descritas.

Dejándose arrastrar por ese sentimiento, el hombre decidió cortar un trozo de caña y hacerse una flauta con ella.

Así, cada vez que la hacía sonar, el pajarillo golpeaba las paredes de su pecho llamando a su amada loco de pasión.

Cuenta la leyenda que tiempo más tarde llamaron a esa flauta ney, y a los descendientes de aquel pastor, derviches.

Y se les podía reconocer porque, cada vez que oían el sonido del ney, el espíritu del pájaro en su corazón los hacía girar sobre ellos mismos enloqueciendo de pasión.


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