Existe lo
que se llama la actitud durante la tormenta.
Cuando uno es sorprendido por una
repentina tormenta, puede, o bien correr lo más rápido posible o bien colocarse
rápidamente bajo los aleros de las casas que bordean el camino.
De todos modos
nos mojaremos.
Si uno ya estuviera preparado mentalmente a la idea de estar
mojado, se estaría a fin de cuentas muy poco contrariado con la llegada de la
lluvia.
Se puede aplicar este principio con provecho en todas las situaciones.
Yamamoto
Tsunetomo
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