Un día, miró Dios al mundo y sintió profunda compasión.
Decidido, levantó su mano y, durante la noche más oscura,
convirtió el mundo entero en un paraíso.
Al día siguiente, cuando sus hijos despertaron, vieron que todo era diferente:
Al día siguiente, cuando sus hijos despertaron, vieron que todo era diferente:
ya no había enfermedades, todos estaban bien.
Aún la persona más pobre, se vestía de oro y tenía comida en
abundancia.
Llenos de felicidad, todos comenzaron a gritar felices,
porque todo era un paraíso.
Fue unos días después cuando un hombre, mirando la casa de su vecino, -en realidad un palacio-, vio que éste tenía una vacas en su jardín.
Fue unos días después cuando un hombre, mirando la casa de su vecino, -en realidad un palacio-, vio que éste tenía una vacas en su jardín.
Entonces decidió aprovechar el momento en que estuviera
fuera para apropiarse de la leche de las vacas.
El vecino, sin embargo, llegó antes de que el hombre se
marchara, y quedó muy enojado.
Cosas así comenzaron a suceder en todo el mundo.
Cosas así comenzaron a suceder en todo el mundo.
Y un mes después de la creación del paraíso, estalló una
guerra entre dos ciudades.
¡Dios no lo podía creer!:
todos tenían todo y aún así batallaban por cosas que
realmente no necesitaban.
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