El miedo y la duda nos llevan al fracaso |
Un joven guerrero del sable y su maestro se dirigían a un
torneo de Artes Marciales cuando llegaron a un puente formado por un solo
tronco.
Se asomaron y vieron un profundo precipicio que se perdía
entre las brumas.
El tronco era muy estrecho y cuando el joven alumno intentó
pasar, se dio cuenta que además de estrecho era resbaladizo.
El guerrero se quedó temeroso delante del tronco, dudando si
cruzarlo o no.
Su maestro lo observaba.
De repente, apareció un viajero ciego.
Con su bastón tocó el tronco, se quitó las sandalias y cruzó
el puente despreocupadamente.
El venerable maestro miró a su alumno a los ojos y le dijo:
"Creo que hoy hemos recibido una sabia lección."
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