Al
principio tenemos la sensación que la búsqueda espiritual es algo muy bello,
algo que dará respuesta a todas nuestras preguntas.
Tenemos
que ir más allá de este tipo de esperanza y expectativa.
Puede
que esperemos que nuestro maestro resuelva todos nuestros problemas, alivie
todas nuestras dudas.
Pero
cuando nos encontramos frente al maestro, éste no contesta a todas nuestras
preguntas.
Deja
muchas para que nosotros las resolvamos solos, con la cual sufrimos una gran
decepción y una gran desilusión.
Tenemos
la esperanza que la espiritualidad nos traiga la felicidad y la comodidad, la
sabiduría y la salvación.
Esta manera literal, egocéntrica de ver la “espiritualidad” tiene que invertirse radicalmente.
Esta manera literal, egocéntrica de ver la “espiritualidad” tiene que invertirse radicalmente.
Así,
si finalmente abandonamos toda esperanza de alcanzar cualquier tipo de
iluminación, entonces, en este preciso instante, comienza a abrirse el sendero.
Es una situación similar a la de esperar que llegue alguien.
Es una situación similar a la de esperar que llegue alguien.
Uno
está a punto de perder toda la esperanza de que llegue, uno comienza a pensar
que la idea de su llegada es una simple fantasía, que nunca tuvo intenciones de
venir.
En
el instante en el cual uno abandona toda la esperanza, aparece la persona
esperada.
En
el sendero espiritual sucede algo muy parecido.
Se trata de agotar toda expectativa.
Se trata de agotar toda expectativa.
Se
necesita paciencia.
No
solo hace falta empujarse con mucha fuerza en el sendero, sino también saber
esperar, dejar que haya un espacio, un intervalo, no afanarse mucho en
comprender la “verdad”.
Es necesario percibir primeramente los motivos de nuestra búsqueda espiritual.
Es necesario percibir primeramente los motivos de nuestra búsqueda espiritual.
La
ambición no es necesaria si vamos a comenzar el sendero, libres de prejuicios,
con una actitud que trascienda el “bien” y el “mal” por igual.
Chögyan
Trungpa
No hay comentarios.:
Publicar un comentario