Durante la acción,
no hay pensamientos parásitos que perturben la actividad.
Es importante recalcar esto, ya que el zen no pretende ser una
práctica "espiritual" que nos aísle de nuestra realidad cotidiana y
nos coloque en una esfera celestial por encima del sufrimiento del mundo. Todo
lo contrario.
Igual que el loto, a pesar de que sus raíces están profundamente enterradas en el lodo, es capaz de florecer sin mancha alguna.
Igual que el loto, a pesar de que sus raíces están profundamente enterradas en el lodo, es capaz de florecer sin mancha alguna.
No se trata de abandonar nuestras responsabilidades y
aislarnos en una ermita solitaria, protegidos de los peligros, de los que nos
produce miedo y dolor.
En medio de nuestra vida cotidiana nos podemos desempeñar como seres humanos adultos plenamente conscientes y comprometidos con la vida.
Al sumergirnos en la práctica de la meditación zen, nos hacemos "íntimos con nosotros mismos".
En medio de nuestra vida cotidiana nos podemos desempeñar como seres humanos adultos plenamente conscientes y comprometidos con la vida.
Al sumergirnos en la práctica de la meditación zen, nos hacemos "íntimos con nosotros mismos".
Conocemos nuestra "verdadera naturaleza
original", antes de la acumulación de los conceptos y de los comportamientos
repetitivos, pero sobre todo, comprendemos que la energía que alimenta nuestro
ser no es diferente de la fuerza vital que impregna toda forma de vida.
Densho Quintero
No hay comentarios.:
Publicar un comentario