Los caminos por los que nos lleva
la vida no son apacibles ni por asomo.
Hay vaivenes: la realidad de la
vida muestra que la mayoría de las veces las cosas no suceden como esperamos.
Cuando nos inundan los problemas
nos quejamos, y a veces lloramos y gritamos "lo que estoy haciendo es muy
duro".
Por sí mismo, eso no importa.
No importa, ¿pero qué beneficio
podemos obtener si nos dedicamos a quejarnos o a regodearnos en la desgracia
mientras intentamos vivir apartando la mirada de todo lo que no va como nosotros
queremos?
Hacer eso no solucionará nada.
"Los otros no son yo", es
decir, nadie puede ocupar mi lugar.
Solo puedo estar decidido a
enfrentarme a todo lo que me ocurra y aceptarlo.
Al hacerlo, debemos tener en mente:
"Si yo no hago lo que tengo que hacer, ¿quién lo hará?".
La frase "no hay más tiempo
que el ahora" nos enseña que nuestra vida es cuestión de
"tiempo".
Los segundos, los minutos y las
horas que componen nuestra vida siguen cambiando y avanzando, sin poder volver
atrás.
No existe el tiempo "otra
vez".
Esta es la realidad de la
impermanencia.
Siempre cambiante, no existe nada
que permanezca fijo.
Y eso significa que nuestra vida no
está garantizada para el siguiente momento.
No hay ni un segundo de nuestras
vidas que podamos dedicar a entrenarnos o prepararnos.
Todos los momentos son reales y
cruciales.
Vivir entendiendo la certeza del
ahora ilumina nuestras vidas en varios aspectos importantes.
"No hay más tiempo que el
ahora" nos enseña lo primero y lo más importante.
En nuestra vida, el arrepentimiento
y la ansiedad se ciernen sobre nosotros.
"¿Qué hubiera pasado si lo
hubiera hecho de aquella forma?", "¿Por qué no lo hice en ese
momento?".
Nos arrepentimos de cosas de un
pasado al que no podemos volver.
"¿Qué debo hacer si ocurre
esto?".
Sentimos ansiedad por un futuro que
todavía está por venir.
No podemos cambiar el pasado ni
prever el futuro. Todo el mundo lo sabe.
Sin embargo, a menudo nos embarga
un sentimiento de arrepentimiento y ansiedad que no nos permite actuar
libremente.
Es un hábito que compartimos todos
los humanos.
Para evitar caer en este hábito,
debemos concentrarnos en lo que debemos hacer ahora para no perder la
oportunidad de hacerlo.
Lo único que podemos hacer es vivir
el presente plenamente.
"Si ahora no, ¿cuándo?".
Eso es lo que significa "No
hay más tiempo que el ahora".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario