Un campesino cansado de la rutina del campo y de tanto
trabajo duro, decidió vender su finca.
Como sabía que su vecino era un
destacado poeta, decidió pedirle el favor que le hiciera el aviso de venta.
El
poeta accedió gustosamente.
El aviso decía:
"Vendo un pedacito de cielo,
adornado con bellas flores
y verdes árboles,
hermosos prados
y un cristalino río
con el agua más pura
que
jamás hayan visto".
El poeta tuvo que marcharse por un tiempo, pero a su regreso
decidió visitar a sus nuevos vecinos, pensando que aquél hombre del aviso se
había mudado.
Su sorpresa fue mayor al ver al campesino trabajando en sus
faenas.
El poeta preguntó:
-¡Amigo! ¿No se iba de la finca?
El campesino con una sonrisa le respondió:
El campesino con una sonrisa le respondió:
-No mi querido vecino, después de leer el aviso que usted me hizo, comprendí que
tenía el lugar más maravilloso de la tierra y que no existe otro mejor...
Anónimo
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