Hay
un lugar de donde surgen los pensamientos, de donde brotan las ideas, de donde
nacen las decisiones. Un lugar secreto situado en algún punto de nuestro
cerebro, voluble, indefinido e influido no se sabe por qué fuerza.
Un
lugar influenciado por las energías que dejamos correr a través de nosotros,
donde se deciden las últimas voluntades, que dirige nuestro destino y que ni
siquiera sabemos que existe.
¿Dónde
se toma la última decisión?
¿Qué
es lo que nos hace variar en el último momento?
Una
pequeña chispa se enciende en nuestro cerebro y cambia el rumbo de nuestros
pasos y, puede que también, el de nuestras vidas,
¿De
dónde viene?
¿Por qué o por quién está dominada?
¿Qué
energía dirige nuestra vida sin sospecharlo siquiera?
Quizá
todo está más conducido de lo que parece, quizá pasamos justo por donde
teníamos que pasar y la tendencia nos lleva hacia allí, porque así se ha
decidido en algún lugar o en algún momento.
Puede
que se nos maneje como a una marioneta, que se nos dirija hacia ese espacio o
hacia esa situación por la que debíamos de pasar, porque ahí está nuestro
sitio, nuestro lugar, y también nuestro aprendizaje…, o porque ahí se encuentra
la prueba que necesitamos, aquella de la que depende nuestro crecimiento.
Observa
alguna vez ese punto, por donde todo entra, intenta situarlo, está ahí, justo
detrás de cada pensamiento, de cada idea, de cada decisión. Intenta
reconocerlo, estudiar quién es en realidad el que lo dirige, el que lo altera,
el que lo modifica.
Pues
sólo encontrándolo y conociéndolo, podremos saber la raíz de los pensamientos,
el principio de las decisiones y… entenderlo.
Estudia
qué canal es el que lo abre, con quién se comunica, pues detrás de esa puerta
se encuentran muchos de los interrogantes y de las respuestas sobre lo que
somos, sobre lo que hacemos aquí y, también, sobre cuál es el conocimiento que
hemos venido a buscar y a desarrollar.
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