En otra ocasión, un joven, emocionado por los prodigios
sobrehumanos que había visto hacer a algunos maestros, se dirigió hacia el Maestro
Tang Lung y le preguntó:
- Maestro, ¿Puede
usted volar?
Pero el Maestro respondió:
- ¡No!
- Maestro, - insistió el muchacho
- Maestro, - insistió el muchacho
- ¿conoce usted la
técnica de la Mano de Budha, capaz de derribar a cualquier oponente sin
tocarlo?
- ¡No! – volvió a responder el Maestro Tang Lung
- Maestro ¿es usted invencible?- preguntó de nuevo
- Maestro ¿es usted invencible?- preguntó de nuevo
- ¡No! – respondió mi maestro.
Entonces el joven, decepcionado, replicó:
– Maestro, si no puede volar, si no conoce la técnica de la Mano de Budha ni es usted invencible, ¿qué prodigio puede hacer para poder llamarse maestro?
- Yo – confesó finalmente el Maestro
– Maestro, si no puede volar, si no conoce la técnica de la Mano de Budha ni es usted invencible, ¿qué prodigio puede hacer para poder llamarse maestro?
- Yo – confesó finalmente el Maestro
- puedo cambiar el corazón de los hombres y elevarlo hasta
el Tao.
Y ése, hijo mío, es el milagro más grande que pueda existir.
Extracto del libro:
DEL TAI-CHI AL TAO
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