Están los que usan
siempre la misma ropa.
Están los que llevan amuletos.
Los que hacen promesas.
Los que imploran mirando al cielo.
Los que creen en supersticiones.
Están los que llevan amuletos.
Los que hacen promesas.
Los que imploran mirando al cielo.
Los que creen en supersticiones.
Y están los que
siguen corriendo, cuando les tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando, cuando se acaba el aire.
Los que siguen luchando, cuando todo parece perdido.
Como si cada vez fuera la última vez, convencidos de que la vida misma es un desafío.
Los que siguen jugando, cuando se acaba el aire.
Los que siguen luchando, cuando todo parece perdido.
Como si cada vez fuera la última vez, convencidos de que la vida misma es un desafío.
Sufren.
Pero no se quejan.
Pero no se quejan.
Porque saben que el
dolor pasa.
El sudor se seca.
El sudor se seca.
El cansancio
terminara.
Pero hay algo que nunca desaparecerá:
La satisfacción de haberlo logrado.
Pero hay algo que nunca desaparecerá:
La satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos hay la
misma cantidad de músculos.
En sus venas corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes es su espíritu.
La determinación de alcanzar la cima.
Una cima a la que no se llega superando a los demás.
Sino superándose a uno mismo...
En sus venas corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes es su espíritu.
La determinación de alcanzar la cima.
Una cima a la que no se llega superando a los demás.
Sino superándose a uno mismo...
Anónimo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario