miércoles, 12 de marzo de 2014

La Propia Sombra

 

Había un hombre que se turbó tanto al ver su propia sombra y le desagradaron tanto sus propios pasos, que decidió deshacerse de ambas cosas.

El método que utilizó fue huir de ellas.
Así que se puso en pie y corrió.
Pero cada vez que ponía un pie en el suelo aparecía otro paso, mientras que su sombra le seguía de cerca sin ninguna dificultad.
Atribuyó su fracaso al hecho de que no corría con suficiente rapidez.
Así que empezó a correr cada vez más rápido, sin detenerse, hasta que finalmente cayó muerto.
No se dio cuenta de que si se limitaba a ir por un lugar sombreado, la sombra desaparecería, y que si se sentaba y permanecía inmóvil, no habría más pasos.

 


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