como una montaña.
Y también dijo:
No descuides las buenas acciones pequeñas creyendo que no aportan ningún beneficio; incluso las menores gotas de agua acaban llenando un recipiente enorme.
Aunque
quizá las consecuencias de nuestras acciones no hayan madurado aún, lo
harán inevitablemente cuando se den las condiciones adecuadas.
Por lo
general, tendemos a olvidarnos de lo que hacemos, y las consecuencias no
nos dan alcance hasta mucho después, cuando ya no somos capaces de relacionarlas con sus causas.
Toda acción, aún la más insignificante, está preñada de consecuencias.
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