Un humilde pescador encontró entre la arena de la playa una lámpara de aceite.
La frotó para limpiar la arena y
de repente apareció un gigantesco genio de su interior.
- ¿Quién eres? - dijo el pescador un poco asustado.
- Soy el genio de la lámpara maravillosa. Cómo agradecimiento por liberarme después de pasarme 500 años aquí metido te voy a conceder tres deseos. ¿Cuál es tu primer deseo?
- ¿Quién eres? - dijo el pescador un poco asustado.
- Soy el genio de la lámpara maravillosa. Cómo agradecimiento por liberarme después de pasarme 500 años aquí metido te voy a conceder tres deseos. ¿Cuál es tu primer deseo?
Después de meditarlo un rato, el
pescador dijo:
- Me gustaría que me hicieses lo
suficientemente inteligente para hacer
una elección perfecta de los
otros dos deseos.
- ¡Hecho está! - dijo el genio.
¿Cuáles son tus otros dos deseos?
El pescador volvió a meditar un instante y respondió:
El pescador volvió a meditar un instante y respondió:
- Gracias. No deseo nada más.
Desconocido
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