Conocí a un niño que cuando,
un buen día, su padre le dijo:
-Mañana es tu cumpleaños, ¿que regalo quieres que te compre?
-Mañana es tu cumpleaños, ¿que regalo quieres que te compre?
El niño se quedó sin saber
que responder.
Su padre era muy rico y podía comprarle todo lo que quisiera...pero, como no dejaba de trabajar, carecía de tiempo para estar con su familia.
Su padre era muy rico y podía comprarle todo lo que quisiera...pero, como no dejaba de trabajar, carecía de tiempo para estar con su familia.
Su hijo estaba, por ello muy
triste, tan triste que, al cabo de unos instantes, respondió:
-No quiero ningún regalo. Es a ti a quien quiero.
-No quiero ningún regalo. Es a ti a quien quiero.
¿Ofreces acaso tu presencia a
las personas a la que amas, o estás tan ocupado que ni siquiera puedes
brindarles tu presencia?
Si eres un padre, una madre, una pareja o tienes seres a los que amas, genera tu presencia, porque ése es el don más preciado que puedes ofrecer.
Articula las formas y maneras para hacerlo; generalmente resulta más sencillo de lo que pensamos, no cuesta nada y es posible hacerlo de diversas maneras y en cualquier hora.
No hace falta practicar durante años para poder ver los resultados; en ocasiones basta con un minuto...
¡No desperdicies el tiempo y ponlo en práctica.
Si eres un padre, una madre, una pareja o tienes seres a los que amas, genera tu presencia, porque ése es el don más preciado que puedes ofrecer.
Articula las formas y maneras para hacerlo; generalmente resulta más sencillo de lo que pensamos, no cuesta nada y es posible hacerlo de diversas maneras y en cualquier hora.
No hace falta practicar durante años para poder ver los resultados; en ocasiones basta con un minuto...
¡No desperdicies el tiempo y ponlo en práctica.
Tú y tus seres queridos
resultarán beneficiados!
Estás ahí
La magia del momento presente
Thich Nhat Hanh
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