domingo, 18 de enero de 2015

Podemos Compartir


Podemos compartir lo que sabemos con los demás e invitarlos a pensar pero no deberíamos obligar a que lo hagan.
Influir o forzar sutilmente al otro para que haga conforme a mis deseos es una forma de violencia y en algunos casos de crueldad.
Algunas personas prefieren mantenerse en la comodidad y la pereza de lo cotidiano, que otros les digan qué hacer y cuál es el camino que hay que tomar para no enfrentarse a la necesidad de cambiar y hacerse cargo de sí mismos.
Y esa es su elección.
Pero, ¿es humanamente compasivo mirar para otro lado y guardar silencio frente a aquel que se aprovecha conscientemente de las debilidades de los demás para satisfacer sus deseos personales y mantener su propio estado de cosas?


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