Con
claridad y paciencia, con disciplina y trabajo, el Maestro construye una isla
que las aguas no pueden arrasar.
El tonto es
vanidoso y descuidado.
Mas el
Maestro vigila su concentración pues es su más grande tesoro
No cede al
deseo, medita.
Y en la fuerza de su resolución descubre la
verdadera felicidad.
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