El viejo sabio de la túnica de color ciruela y sus discípulos estaban bajo un ciruelo.
Uno de los jóvenes rompió de repente el silencio para
hacer esta pregunta:
-A lo largo del día vemos que el viento agita las hojas de los árboles, inclina
la hierba y mece las flores. Sopla y, sin embargo, nunca lo vemos. Podemos ver
el fuego, el agua, la tierra, pero nunca el aire. ¿Por qué?
Y el sabio le respondió:
-El aire es el elemento que te enseña que puedes sentir sin ver. Así aprendes que hay otras cosas además de las que ves, cosas que se sienten pero que no se ven. Las hojas de los árboles sienten el aire, y tú mismo lo sientes en tu cabello y en tu cara. Ocurre lo mismo con la vida, no necesitas verla, saborearla ni tocarla para creer en ella. Es suficiente sentirla. ¡Eso es la vida: sentir más allá de los cinco sentidos!
-El aire es el elemento que te enseña que puedes sentir sin ver. Así aprendes que hay otras cosas además de las que ves, cosas que se sienten pero que no se ven. Las hojas de los árboles sienten el aire, y tú mismo lo sientes en tu cabello y en tu cara. Ocurre lo mismo con la vida, no necesitas verla, saborearla ni tocarla para creer en ella. Es suficiente sentirla. ¡Eso es la vida: sentir más allá de los cinco sentidos!
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