Si usted vive comparando su figura con la de otro ser humano, siempre va a sufrir.
Porque nunca faltarán personas más flacas, más jóvenes, más atléticas, con más cadera, más cintura, o menos lonjas y flotadores.
Mejor deje de compararse y aprenda a amarse.
Porque usted vivirá con usted, hasta el último día de su vida.
Mejor acéptese tal como es, viva en paz, y decida ser feliz.
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