lunes, 14 de julio de 2014

Por Un Cuenco De Arroz


  
Un día, estaba un Samurai Takada comiendo un cuenco de arroz, sentado en el umbral de una casa cualquiera. 
No había ningún alimento en toda Okinawa más barato que el arroz. 
Dicho de otra manera, comer arroz significaba que no se pasaba por un buen momento económico. 

Pasó un samurai de la corte personal del emperador y le dijo:
-!Ay, Takada-san! Si aprendieras a ser más sumiso y a adular un poco más al emperador, no tendrías que comer tanto arroz. 
Takada dejó de comer, levantó la vista, y mirando al acaudalado samurai intensamente, contestó:
- Ay de ti, hermano bushi. Si aprendieras a comer un poco de arroz, no 
tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador.

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