Desde el principio hasta el fin, sólo hay una ley:
Diez mil formas diferentes siempre cambiantes.
Desde el comienzo hasta el fin sin principio, una sola ley
permanece:
Nada permanece.
Si te dejas fluir en la impermanencia, no morirás nunca.
Si te aferras a la ilusión de la permanencia, ya estás
muerto.
La Realidad es un caleidoscopio:
Danza de formas que se deforman para volver a formarse en
formas distintas, que de nuevo se forman para volver a formarse bajo otras
formas diferentes...
Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río, porque las
aguas del río siempre son distintas y porque el que se baña es también siempre
distinto.
La Realidad entera es un río que fluye sin cesar, sin
principio, ni fin.
Nadie es el mismo de un instante a otro.
Nada es lo mismo momento tras momento.
El Maestro Dogen escribió:
El Maestro Dogen escribió:
"Si cierras el puño, obtendrás un puñado de arena.
Si abres las manos toda la arena del desierto pasará por
ellas".
¿Podemos realmente optar entre cerrar el puño y abrir las manos?
Aunque cerremos los puños, tarde o temprano terminarán por convertirse en polvo.
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