Gnowee, La Diosa Del Sol, Una Leyenda Australiana
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Cuando en nuestro planeta reinaban el frío y las
tinieblas, llegó a la Tierra Gnowee.
Ella, además de traer consigo a su pequeño hijo y a
muchos familiares y amigos, trajo también el fuego.
La vida era muy dura con tanto frío y oscuridad, por
eso muchos de ellos se enfermaron y entre todos debían trabajar muy duro para
buscar los alimentos a la luz de las antorchas.
Un día, mientras Gnowee recogía frutos y raíces en los
campos, su hijo salió de la cueva donde se refugiaban y se perdió en la
oscuridad interminable.
Al saberlo, su madre, encendió una antorcha enorme y
salió en su busca. Recorrió toda la tierra; desesperada, quería ver en todas
partes.
Tanto deseaba hallarlo que con un gran esfuerzo, se
elevó por el aire y la luz pudo al fin alumbrar la Tierra, pero ni así logró
encontrar a su pequeño.
Por eso, cada mañana sube al cielo con su gran antorcha
encendida en las manos y solo desciende para descansar cuando la vence el
sueño. Entonces vuelve otra vez la oscuridad.
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