domingo, 14 de diciembre de 2014

Mi Camino


Hace algún tiempo un sultán llamó a los hombres más sabios de su región, por lo que los grandes eruditos del país acudieron a su encuentro.
No obstante, en la entrada del palacio, se pusieron a discutir porque todos querían sentarse en las primeras filas, arguyendo cada uno los estudios que habían cursado en Damasco, en el Cairo, en Medina o en la Mecca.
Muchos aseguraban que se sabían de memoria el Corán y otros que eran duchos en la vida del Profeta.
En eso, un famoso derviche llegó a la puerta y, cuando le preguntaron dónde quería sentarse, sin dudarlo dijo:
-Al final de todos.
La repuesta sorprendió tanto que alguien le preguntó:
- Señor ¿por qué pide sentarse al final de todos, siendo usted un gran santo?
-Porque vosotros utilizáis nuestra religión para engordar vuestro ego, pero yo la utilizo para deshacerme de él.
¡Ése es mi camino, el Camino del Sufi!


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