jueves, 30 de enero de 2014

La Cerca



Había una vez un niñito que tenia muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa de clavos, y le dijo que cada vez que estuviera por perder el juicio, clavara uno en el cerco del fondo.

El primer día, el niño clavo 37 clavitos, el segundo solo 30 y así sucesivamente fue disminuyendo.
El niño descubrió que le era mas sencillo controlar su temperamento, que ir al fondo a clavar un clavito cada vez que se enojaba.

Finalmente llego el día, en que el niño no perdió mas el juicio y pudo controlarse.
Cuando se lo dijo a su padre, el mismo le sugirió que por cada día que pasase sin perder el control, fuera al fondo y sacara uno de los clavitos que había clavado.

Los días pasaron y finalmente el niño le pudo decir a su padre que ya no habían mas clavitos en el cerco. Fue entonces que el padre llevo al niño hasta la cerca y le dijo:
"Has hecho muy bien hijo, pero mira todos los agujeritos que quedaron en la cerca" .

Esta nunca será la misma que antes. Cuando dices cosas enojado, esas palabras dejan cicatrices iguales a estos agujeritos. Tu puedes poner un cuchillo en un hombre y sacarlo, que no importa cuantas veces te disculpes, la cicatriz siempre estará allí.


Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.


1 comentario:

  1. Los amigos son una joya muy cara.
    Te hacen sonreír y te alientan a progresar.
    Te brindan un oído, y comparten sus palabras y siempre
    están dispuestos a abrir sus corazones hacía nosotros.

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