Maestro,
¿qué actitud debemos tomar ante
nuestros amigos y nuestros enemigos?
Hijo, hay
que considerar que ambos son compañeros de viaje.
Al amigo hay que mantenerlo porque nos hará el camino
más llevadero con su
charla y su apoyo.
Al enemigo hay que cultivarlo y apreciarlo,
porque es nuestro verdadero guía:
él nos dice por dónde vamos y si vamos bien o mal.
Estudiando las acciones y
propósitos del enemigo
es que elegiremos la mejor ruta en nuestro caminar.
Tener un buen enemigo es tener un tesoro que hay que cuidar.
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