Si te doblas, te conservarás entero.
Si eres flexible, te mantendrás recto.
Si estás vacío, permanecerás lleno.
Consúmete, y serás renovado.
Al que menos tenga, más se le dará.
Al que más tenga, más le será quitado.
Por eso el sabio está consigo mismo y se vuelve arquetipo del mundo.
No se exhibe, luego resplandece.
No se celebra, luego es advertido.
No se alaba, luego es alabado.
No se vanagloria, luego es insigne.
Y porque no lucha, nadie en el mundo puede luchar contra él.
"Si eres humilde, te conservarás entero", dice un antiguo proverbio.
¿Quién es capaz de considerar vanas estas palabras?
En verdad, el humilde conserva su entereza.
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