Una fuerte emoción es como una
tormenta.
Si miras un árbol en una tormenta, la
copa del árbol parece frágil, como si fuera a quebrarse en cualquier momento.
Tienes miedo de que la tormenta pueda
desenraizar el árbol.
Pero si vuelves tu atención hacia el
tronco del árbol te das cuenta de que sus raíces están profundamente ancladas
en el suelo, y ves que el árbol será capaz de mantenerse estable.
...Tú también eres un árbol. Durante la tormenta de una emoción, no debes
quedarte en el nivel de la cabeza o del corazón, que son como la copa del
árbol.
Tienes que dejar a un lado el corazón,
el ojo de la tormenta, e ir al tronco del árbol.
Tu tronco está situado un centímetro
por debajo de tu ombligo.
Céntrate ahí, poniendo tu atención
sólo en el movimiento de tu abdomen y continúa respirando.
Entonces sobrevivirás a la tormenta de
la emoción.
Thich Nhat Hanh
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