Acostarse en una bañera llena de agua
caliente después un día agotador es un placer de relax que el cuerpo no
va a dejar de agradecer. De esto no hay ninguna duda. Pero, ¿alguien en
Occidente piensa alguna vez en tomar agua caliente en vez de sumergirse
en ella? Para nada. En esta parte del mundo, si no es en alguna
infusión o en un mate, entrar en el cuerpo humano parece ser un
privilegio exclusivo del agua fría o natural. Sin embargo, para muchos
asiáticos, tomar agua caliente es algo tan normal como tomar agua fría, y
tienen sus buenas razones.
A modo general, sabemos que tomar agua fresca
o natural reduce la temperatura del cuerpo, diluye la sangre, elimina
toxinas a través de la orina y aumenta los movimientos de los
intestinos. Pero no sabemos que beber agua caliente tiene beneficios también.
El agua caliente limpia el estómago, alivia la acidez, disminuye los eructos, las flatulencias, la indigestión aguda, los vómitos y los calambres en el abdomen.
También se dice que tomar agua caliente con la comida ayuda a perder peso, y esta versión tiene su lógica. Cuando
las bebidas frías pasan por nuestro sistema, solidifican la grasa de la
comida que recién comimos o que estamos comiendo. Esto hace más difícil
para el cuerpo la digestión y dispersar de la grasa que no necesita.
Pero las bebidas calientes ayudan a mantener fluída la grasa de los
alimentos, facilitando su eliminación.
Cuando tomamos uno o
más vasos de agua caliente, la temperatura corporal se incrementa un
poco. El agua caliente hace que el cuerpo tenga que enfriarse, y la
manera de refrigerarlo es sudar. Cuando se suda después de tomar agua
caliente, estamos ayudando a purificar nuestra sangre, permitiendo que las toxinas se vayan con el sudor.
Cuando
tenemos dolor de vientre, los occidentes dicen que es por alguna
bacteria o virus, pero la medicina china antigua hace referencia a un “resfrío” de los intestinos. El agua caliente ayuda a curar este “resfrío” de los intestinos.
Mozo, agua caliente por favor
En
Occidente, las comidas siempre se acompañan con vasos altos de agua
fría o bebidas gaseosas; y, por supuesto, también vino. En cambio, las
comidas tradicionales chinas se acompañan con copas chicas de té
caliente o agua caliente. Un occidental puede llegar a entender la idea
de beber un té con la comida, porque, después de todo, el té es parte de
la cultura milenaria de China; pero, ¿agua caliente? Este hábito lo
tienen también los japoneses y coreanos.
Ya
durante mi primera visita a Europa hace más de 30 años, encontré que no
podía pedir en un restaurante lo que casi siempre tomo para acompañar
la comida o después de ella: agua caliente. Cuando lo pedí la primera
vez, el mozo quedó desconcertado, dudando, como tratando de interpretar
mi pedido; lo repetí, pero tampoco entendió. Le aclaré que simplemente
quería agua de canilla pero hervida, y tampoco. Al final, le dije: “tráigame un té, o mejor una jarra de té, pero sin el saquito”.
Me miró raro. Yo sabía que él pensaba que era tacaña, que quería tomar
agua gratis. El mozo no podía imaginarse que lo que quería era
simplemente agua caliente. Viviendo en Argentina tengo menos problemas
con esto; tal vez el hábito de tomar mate haga más aceptable la idea de
pedir agua caliente.
Ahora, los hoteles
–especialmente los asiáticos– están equipados con un calentador de agua
eléctrico; cada habitación tiene un calentador eléctrico sin falta, con
unas bolsitas de té o café instantáneo. Sin un calentador eléctrico,
para los huéspedes asiáticos es un gran problema.
Yo
suelo tomar agua caliente todas las noches antes de irme a la cama;
pero en un hotel es imposible pedir agua caliente a la noche; hay
montones de máquinas de hielo o máquinas de gaseosas frías, pero, ¿agua
caliente? Sólo en el baño hay agua caliente… Por eso, para asegurarse de
contar con agua caliente para tomar, muchos asiáticos viajan con esas
varillas eléctricas portátiles para calentar líquidos.
La
gente en el pasado sabía que el agua caliente puede reducir los
síntomas de un resfrío, de congestión nasal, etc., pero en el mundo
occidental se necesitan pruebas científicas para establecer una verdad o
para aceptar un conocimiento antiguo.
Solo hace poco las bondades del agua caliente han sido probadas científicamente. Varios estudios
han comparado los efectos en la salud de las bebidas calientes y de
temperatura ambiente: en el caso de las bebidas calientes, se encontró
que alivian inmediatamente la secreción nasal, la tos, el dolor de
garganta y demás beneficios; mientras que los resultados positivos de
tomar algo de temperatura ambiente o frío resultan ser muy limitados.
Esto, de hecho, lo saben todos los chinos y también los japoneses, los
coreanos y otros asiáticos. Cuando yo era chica, ya sabía que cuando me
resfriaba, tomar agua caliente me haría bien.
Yo
tomo mucha agua caliente, sí, simplemente agua hervida y la tomo
caliente sin limón, sin azúcar, ni miel. Y me hace bien. La tomo
especialmente después una comida pesada, con síntomas de un resfrío,
durante el resfrío, cuando tengo frío, cuando tengo congestionada la
nariz o simplemente cuando tengo sed. Mi marido, que vivió aquí toda su
vida, en cambio, ¡dice que sólo tomaría agua caliente si tiene que
vomitar!
Y el agua caliente no puede ser remplazada por el té.
Tomo té, pero igualmente tomo agua caliente. A la noche prefiero el
agua caliente antes que el té, porque tomo en gran cantidad, y no es
recomendable tomar demasiado té a la noche. Aunque en Argentina, por la
influencia de sus costumbres, estoy tomando agua caliente con algunas
hojas de hierba como manzanilla, cedrón, boldo, etc. Sin embargo, me da
igual con o sin hierbas. Cuando me siento cansada y con frío, o a punto
de resfriarme, el agua caliente pura es lo que más me gusta.
https://www.lagranepoca.com/vida/medicina-china/70562-por-que-tomar-agua-caliente-segun-la-sabiduria-china.html
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