Interesante
narración que trata la historia de Keawe, marinero que con su barco navega el
mar y que reside en la isla de Hawai; en un viaje a San Francisco, ve las
hermosas casas que están frente al mar y en sus adentros anhela algún dia tener
una igual; en estas meditaciones llega al frente de una hermosa casa dentro de
la cual se encuentra un enigmático caballero con mirada triste y largos
suspiros quien al chocar con la mirada curiosa de Keawe lo invita a pasar, le
muestra la casa y entre cuarto y cuarto le cuenta la historia del diablo de la
botella: ‘cuando Satanás trajo la botella a la tierra quien se la compro le dio
varios millones de dólares por ella y entre venta y venta ha ido disminuyendo
su valor puesto que nadie podía pagar su alto precio.’
El
caballero le ofrece a Keawe la botella por 50.00 dólares y él cree que es una
broma.
El
caballero le explica que si el hombre que la posea muere antes de venderla,
arderá en el fuego del infierno eternamente.
Keawe
se la compra por los 50.00 dólares y el caballero desaparece de la vista de
Keawe.
Entre
pensamientos llega a su barco donde lo espera su compañero Lopaka y Keawe le
cuenta la historia.
Al
escuchar Lopaka le dice que si es cierto le compra la botella pero que primero
necesita una prueba y le pide a Keawe que formule su deseo.
El
por supuesto pide la casa de sus sueños.
Al
llegar a Hawai lo recibe un amigo dándole el pésame pues un tío de él había
muerto y su único hijo murió ahogado y siendo así, el único heredero era Keawe;
ambos hombres se miraron y al ir donde el abogado, le informo de la tierra en
la colina y una cuantiosa suma de dinero.
Así
llegaron donde un arquitecto que, entre sus bocetos, tenía la casa que Keawe tenía
en su mente.
Entre
asustado y sorprendido mando a construir la casa y al terminar, quedo
maravillado, con su hermosa casa resplandeciente.
Lopaka
cumplió su promesa y le compro la botella, no sin antes pedirle un último
favor: quería ver al diablo de la botella y Keawe formulo el deseo.
Ambos
quedaron estupefactos cuando lo vieron, pero aun así Lopaka se llevo la
botella.
Después
de un tiempo, Keawe siguió su vida normal, hasta que en un atardecer conoció a
Kokua, una hermosa mujer de la cual se enamoro y a quien le propuso matrimonio
y se sintió inmensamente feliz.
Antes
de la boda, Keawe se dio cuenta de que padecía de Lepra y en su desesperación
se acordó del diablo de la botella y comenzó a buscar a su amigo para
comprársela, pues amaba demasiado a Kokua.
Así
empieza su largo viaje y va encontrando en su camino a los demás que la
compraron.
Así
llega hasta la última persona que la compro y le pide que se la venda.
El
hombre estupefacto se la vende no sin antes advertirle que solo le costara dos
centavos; Keawe no lo piensa dos veces y la compra, sana su lepra y se casa con
Kokua, pero sufre una terrible tortura al pensar que arderá en el infierno por
siempre.
Kokua
se da cuenta de que, aunque tienen todo para ser felices su esposo es infeliz y
entre conversaciones y suspiros él le cuenta la verdad del diablo de la
botella.
Ella,
quien estudio en un colegio le explica que existe una moneda en Francia que
vale 5 céntimos de un centavo, por ende, podría venderla a otra persona y así
quedaría librado.
Siendo
así inician su viaje a Papeete, una isla francesa muy concurrida; allí empiezan
a relacionarse con las personas de la isla y entrando en confianza les intentan
vender la botella a lo que nadie accede.
Perdiendo
toda esperanza y en un intento por salvar a su marido Kokua envía a un anciano
a comprar la botella por 2 céntimos y Keawe si pensarlo dos veces se la vende
sin saber que fue su amada Kokua quien compró la botella.
Cierto
día que llega de una fiesta y entra silenciosamente a la casa encuentra a Kokua
absorta mirando la botella y entiende su sufrimiento. Cuando sale de la casa se
encuentra con uno de sus compañeros de fiesta, un viejo contramaestre bribón y
ladino que lo esperaba fuera de la casa y le cuenta la historia del diablo de
la botella y la desventura de su mujer y le pide que vaya donde ella y le
compre la botella; acto seguido el contramaestre hace lo que le pide y cuando
regresa Keawe le pide la botella. El contramaestre quien ya había pedido un
deseo y comprobado la veracidad de la historia se niega a darle la botella;
Keawe incrédulo le dice que si se queda con la botella su alma arderá en el
infierno para siempre, a lo que el viejo bribón le responde que de todas formas
iría para ese lugar cuando muera por la mala vida que había llevado.
Keawe
lo ve desaparecer por el sendero y el feliz, corre a reunirse con su amada
Kokua y por fin son felices en su hermosa casa resplandeciente a orillas del
mar.
Resumen del cuento:
El Diablo En La Botella
de Robert Louis Stevenson
Leer el cuento completo http://lieber.com.ar/botella/
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