La Peste se dirigía a Damasco y pasó velozmente junto a la tienda del
jefe de una caravana en el desierto.
-“¿Adónde vas con tanta prisa?” Le
pregunto el jefe.
-“A Damasco. Pienso cobrarme un millar de
vidas.”
De regreso de Damasco, la Peste pasó de nuevo junto a la caravana.
Entonces le dijo el jefe:
-“¡Ya sé que te has cobrado 50.000 vidas, no el millar que habías dicho!.”
Entonces le dijo el jefe:
-“¡Ya sé que te has cobrado 50.000 vidas, no el millar que habías dicho!.”
-“No,” le respondió la Peste.
-“Yo sólo me he cobrado mil vidas. El resto se las ha llevado el Miedo.”
-“Yo sólo me he cobrado mil vidas. El resto se las ha llevado el Miedo.”
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