Se
llama calma y me costó muchas tormentas.
Se
llama calma y cuando desaparece...salgo otra vez a su búsqueda.
Se
llama calma y me enseña a respirar, a pensar y repensar.
Se
llama calma y cuando la locura la tienta se desatan vientos bravos que cuestan
dominar.
Se
llama calma y llega con los años cuando la ambición de joven, la lengua suelta
y la panza fría dan lugar a más silencios y más sabiduría.
Se
llama calma cuando se aprende bien a amar, cuando el egoísmo da lugar al dar y
el inconformismo se desvanece para abrir corazón y alma entregándose enteros a
quien quiera recibir y dar.
Se
llama calma cuando la amistad es tan sincera que se caen todas las máscaras y
todo se puede contar.
Se
llama calma y el mundo la evade, la ignora, inventando guerras que nunca nadie
va a ganar.
Se
llama calma cuando el silencio se disfruta, cuando los ruidos no son solo
música y locura sino el viento, los pájaros, la buena compañía o el ruido del
mar.
Se
llama calma y con nada se paga, no hay moneda de ningún color que pueda cubrir
su valor cuando se hace realidad.
Se
llama calma y me costó muchas tormentas y las transitaría mil veces más hasta
volverla a encontrar.
Se llama calma, la disfruto, la respeto y no la quiero soltar…
Autor desconocido