jueves, 24 de diciembre de 2015

Comiéndose La Propia Culpa


Ciertas circunstancias retrasaron un día la preparación de la cena del maestro zen Fugai y sus discípulos.
Apresurándose, el cocinero salió con un cuchillo al jardín y cortó varias clases de legumbres, que troceó y mezcló para hacer una sopa, ignorando que, en su precipitación, había incluido parte de una pequeña serpiente entre las hortalizas.
Los discípulos de Fugai confesaron no haber probado nunca antes una sopa tan exquisita.

Pero cuando el propio maestro encontró en su cuenco la humeante cabeza del ofidio, hizo llamar inmediatamente al cocinero:
-"¿Qué es esto?", le preguntó, sosteniendo en alto la cabeza de la pequeña serpiente.
-"Oh, muchas gracias maestro", replicó el cocinero, tomando el bocado y comiéndoselo rápidamente.



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