Que siempre existen tres enfoques en cada historia:
Mi verdad, tu verdad y la verdad.
Que podemos hacer mucho más cosas de las que creemos poder
hacer.
Que no importan las circunstancias, lo importante es como
interpretamos nuestras circunstancias.
Que no podemos forzar a una persona a amarnos, únicamente
podemos dejarnos amar.
Que existen personas que me quieren mucho, pero no saben
expresarlo.
Que si no controlo mi actitud, está me controlará a mí.
Que nuestra mayor gloria no está en no caer jamás, sino en
levantarnos cada vez que caemos.
Que el triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y
dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a
descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de
paciencia.
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