No intentes sujetar la vida a la agenda de tu mente.
Deja que sea un descubrimiento momento a momento.
Acepta alegremente.
No sofoques la vida con tus planes; deja que te muestre sus propios misterios y su sorprendente belleza.
Ahora tu ser puede abrirse y florecer, y tu mente y corazón trascenderán el miedo, y radiarán sabiduría, luz y gozo.
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