Estimado Tú:
Sí, me refiero a ti, no importa la edad que tengas ni donde vivas, soy
el año 2016 que se marcha, ante la inevitable llegada de mi relevo, es el
ritual de todos los años que mucha gente lo disfraza de fiesta pero que en
verdad, tendría que ser un momento para reflexionar, hacer planes y afilar
propósitos.
Soy el 2016 y me encuentro fatigado por tanta infelicidad.
He visitado para despedirme a otras personas, he observado entusiasmos
derribados, felicidades clausuradas, amores reprimidos, libertades prostituidas
por el libertinaje.
Hoy quiero hablar contigo, preguntarte como usaste los 365 amaneceres
que te regalé el pasado año nuevo, ese día que te veías optimista y
esperanzado.
Quiero preguntarte si creciste este año, si aprendiste y mejoraste tu
conocimiento del arte de vivir, ese sagrado ritual que dura toda la vida y que
recién al final el humano se da cuenta que era muy corta.
Quiero preguntarte si aprovechaste todas las oportunidades, si te
hiciste fuerte con las adversidades, si saboreaste los atardeceres y te diste
tiempo para hacer lo que amas?
Sabes que la gente que no tiene tiempo para hacer lo que ama, termina enfermándose?
sabes que en una vida tan corta, perder incluso un día es un suicidio parcial?
Tú sabes que te regalé ese 1ro de enero del año que se fue, muchas
oportunidades disfrazadas de instantes, sin embargo, sé que la oportunidad no
está para quien está dormido. La oportunidad es una buena noticia solo para
quien esta alerta y disponible, dispuesto a aprender y crecer y hacer lo que
sea necesario para vivir cada vez mejor. Me preocupa estar marchandome
definitivamente y que no hayas aprovechado adecuadamente todo mi tiempo,
imagínate, cuantas cosas pueden acontecer en un año bien aprovechado. Me
preocupa la gente que se pasa la vida durmiendo, soñando que esta despierta, me
preocupa los que viven atrapados en una rutina que al final, por
acostumbramiento les parece normal, me preocupa los que viven para aparentar
que todo está bien cuando nunca estuvieron bien.
Me preocupa también las nuevas generaciones que derrochan su tiempo,
como si este fuera inagotable.
Soy el 2016, parecía hace un año, un tiempo abundante y sin embargo,
todo ese tiempo se marchó, sé que es inevitable mi partida, pero también estoy
consciente que se puede combatir el paso del tiempo convirtiendo eso inevitable
en crecimiento, en incremento de la sensibilidad y recuperación del poder y del
autogobierno.
Por ello, quise escribirte esta carta, para invitarte a la reflexión , a
la autocrítica, no se trata de arrepentirse, no es necesario sentirse culpable
en caso de no haber sabido aprovechar adecuadamente las oportunidades que te
traje, lo que busco en el fondo, es que no se repita la historia, que no pase
de nuevo otro año y no pase nada en tu vida.
En verdad no sé lo que te trae mi pariente el 2017, pero esto no debe
preocuparte, porque los humanos están dotados del asombro, esa capacidad de
sorprenderse y con ello aprender y disfrutar de lo imprevisto. Al desconocer lo
que te puede pasar, estás obligado a prepararte para todo.
Antes de marcharme quiero dejarte una enseñanza, aunque sea solo una y
que la tengas presente todo el tiempo: que ningún día pase sin que hayas
aprendido algo, sin que hayas ayudado a alguien y sin que hayas disfrutado.
APRENDER, AYUDAR Y DISFRUTAR es lo que otorga categoría de inolvidable a
cada día, recuérdalo.
Que este año nuevo que viene a reemplazarme, no te encuentre
desprevenido ni con la típica rutina automática de cada año.
Que el amanecer de este nuevo año te encuentro habiendo concluido una
buena y completa autocrítica de todo el año que se fue.
Evalúate sinceramente, identifica los puntos en los que fallaste,
elabora un plan de vida que contemple la superación de todos ellos, incrementa
tu capacidad de soñar, elige objetivos que este año quieres alcanzar, mejor si
eres en este sentido ambicioso, diseña más maneras de lograrlos, establece un
cronograma adecuado y un mecanismo de evaluación que te permita darte cuenta a
tiempo, si vas en la dirección elegida y con todo esto, recién y no antes,
podrás realizar la fiesta, que me despida con un aprendizaje logrado y que
reciba al nuevo año, con la actitud adecuada.
A esa fiesta quiero estar invitado, de otra forma, como cada año,
prefiero hacer constar mi ausencia, porque me pone triste ver a la gente
perdiendo tiempo, que es en el fondo, lo único que tienen.
Yo sé que me entiendes y que nos veremos en la fiesta, de un año,
verdaderamente nuevo, que marque el inicio de una nueva atapa, como tú te la
mereces.
Un abrazo Año viejo.
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