domingo, 27 de marzo de 2016

¿Donde Estan Los Valores Que Me Enseñaron?




Nací a mediados del siglo XX.
Me crié con las utopías del Flower Power, y las hazañas del Che.
Paz y Amor, Justicia e Igualdad.
Me enseñaron a no mentir.
Y así lo hice.
Y ví con impotencia que aquellos que mentían la pasaban mejor que yo.
Y me mintió mi primer amor, y los políticos que prometieron un país mejor.
Y hasta me mintieron aquellos mismos que me enseñaron a no mentir.
Me enseñaron a trabajar para ganarme la vida.
Y así lo hice.
Siempre me he ganado el pan con el sudor de mi frente.
Y siempre ha habido otros que vivieron del trabajo ajeno, de la especulación, de la estafa.
Me enseñaron a ahorrar.
Y la primera vez que ahorré, con mucho esfuerzo y privaciones, ví con horror cómo le tachaban tres ceros a la cifra que lucía mi Libreta de Ahorros.
Y lo poco que quedó, créanme, no pude retirarlo porque el Correo Argentino se lo quedó para cubrir gastos.
Me enseñaron a estudiar, a capacitarme, a hacer méritos para “ganarme un lugar en la vida”.
Y así lo hice.
Y hoy veo a otros ocupando puestos de trabajo por herencia, acomodo, o falta de escrúpulos.
Me enseñaron a no gastar más de lo que gano, a no endeudarme.
Y ayer nomás me dijeron que no califico para un préstamo bancario porque no tengo tarjeta de crédito.
Sinceridad, Honestidad, Laboriosidad, Esfuerzo, Orden.
Hoy, en los albores del siglo XXI, ¿dónde quedaron esos valores?
Tal vez si mintiera un poco…, o si especulara…., o si traicionara…., tal vez, sólo tal vez sería más exitosa…
Y sin embargo no puedo.
Sigo aferrándome a mis antiguos valores, viejos y moribundos quizá.
Porque no puedo obrar de otra manera.
Porque traicionarlos sería traicionarme a mí misma.
Porque ignorarlos sería ignorar mi esencia.
Porque desoírlos sería desoír la voz de mi conciencia.

Miriam O. Ziegler 


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