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En primer lugar, la pobreza nunca me pareció una desgracia: la luz derramaba sobre ella sus riquezas. Iluminó incluso mis rebeldías. Fueron casi siempre, creo poder decirlo sin hacer trampa, rebeldías por y para todos y para que la vida de todos creciera en la luz. No es seguro que tuviera mi corazón disposición para esa clase de amor. Pero las circunstancias me ayudaron, me situaron a media distancia entre la miseria y el sol. La miseria me impidió creer que todo es bueno bajo el sol y en la historia, el sol me enseñó que la historia no lo es todo.
El revés y el derecho. Albert Camus
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