Frida Kahlo le dijo a su marido Diego:
‘No te pido que me des un beso.
No te disculpes conmigo cuando pienso que te equivocaste.
Ni siquiera te pediré que me abraces cuando más lo necesito, no te pido que me digas lo hermosa que soy, aunque sea mentira, ni de escribirme nada bueno.
Ni siquiera te voy a pedir que me llames para decirme cómo estuvo tu día, ni de decirme que me extrañas.
No te voy a pedir que me agradezcas por todo lo que hago por ti, ni que te preocupes por mi cuando mis ánimos están en el suelo, y por supuesto, no te voy a pedir de apoyarme en mis decisiones.
Ni siquiera te pediré que me escuches cuando tengo mil historias que contarte.
No te voy a pedir que hagas nada, ni siquiera que estés a mi lado para siempre.
Porque si tengo que pedírtelo, entonces ya no lo quiero’.
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