No necesito reconocimiento ni aprobación de los demás, no existe una manera correcta de hacer las cosas, mi camino es sagrado y es perfecto tal cual es, no vine a salvar a nadie de nada, recorro mis huellas recogiendo lo sembrado para encontrar el camino de regreso a casa.
No importa en apariencia como se vean las cosas, lo importante no es la cantidad que hago ni cuantas personas me reconozcan, sino la conciencia que logre adquirir con cada experiencia en lo cotidiano porque es ahí en donde está mi verdadera misión.
Todos los caminos son sagrados y aunque no logre entenderlo desde mi mente en este plano, me liberaré aun mas cuando deje de juzgar y me concentre en lo que tengo que hacer haciéndolo sin alardear, ni competir.
Cada quien tiene un propósito y una vibración única
Cada quien tiene un don y es especialmente único
Por eso en ese instante en que nos damos cuenta que todos somos un ser todo cobra vida y la magia se hace presente
Fuente: Arquitectura Espiritual
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