miércoles, 17 de febrero de 2021

Reflejo

 Un joven monje meditaba en la sala principal de un templo, cuando, de repente, se dio cuenta de un perro que se metía en una habitación activa en la sala.

Una habitación en la que él nunca había entrado.

Poco después, el perro salió de la habitación, expresando toda su alegría con un meneo alegre.

No pasó mucho tiempo, cuando el monje notó a otro perro entrar en la misma habitación, pero casi inmediatamente, ladrando y gruñendo furiosamente.

Impulsado por la curiosidad, el monje se levantó y entró en la habitación: estaba llena de espejos.

En uno de estos espejos vio reflejada la expresión de maravilla de su cara, una expresión que se volvió absorta y que luego se convirtió... en una sonrisa.

¡Él lo entendía!

El primer perro, al entrar a la habitación había visto a tantos otros perros felices como él, que lo miraban meneando de alegría.

El perro enojado, por otro lado, solo había visto a otros perros que le mostraban los dientes y ladraban rabiosamente contra él.

 

Lo que vemos a nuestro alrededor es un reflejo de lo que somos.

Lo que somos es un reflejo de nuestra mente, de lo que pensamos.

Lo que pensamos... es en lo que nos convertimos.


 

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