Una serpiente entró a una
carpintería, mientras se arrastraba hacia el interior, presa de la curiosidad
subió a una mesa de la cual salía un ensordecedor ruido.
Se topó así con una sierra en funcionamiento y al acercarse demasiado terminó lastimando parte de su cuerpo.
Se topó así con una sierra en funcionamiento y al acercarse demasiado terminó lastimando parte de su cuerpo.
En ese momento se dio
vuelta y sin pensarlo mordió la sierra como para defenderse de aquel ataque y
al hacerlo, se lastimó horriblemente la boca.
No comprendiendo que estaba pasando, llena de furia y dolor se enrolló alrededor de la máquina como para asfixiarla, agitándose hacia un lado y otro con todas sus fuerzas.
No comprendiendo que estaba pasando, llena de furia y dolor se enrolló alrededor de la máquina como para asfixiarla, agitándose hacia un lado y otro con todas sus fuerzas.
El esfuerzo que hacía se
veía disminuido momento tras momento, ya que los afilados dientes de la sierra
iban cercenando de a poco cada parte de su cuerpo; hasta que finalmente la
serpiente terminó muerta enrollada en la máquina.
A veces, presas
del enojo y la ira, reaccionamos pensando en castigar o herir a los que
sentimos nos hicieron daño o actuaron injustamente en nuestra contra; pero no
tomamos dimensión de estos actos que finalmente nos terminarán lastimando.
En ocasiones es mejor ignorar situaciones, personas y ofensas, pensando antes de actuar o decir frases desafortunadas. Estas actitudes sabias evitarán momentos de dolor y dificultades para todos. |
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