Dicen que la edad se va como el humo que escapa por una ventana abierta, dibujando sugerentes formas en el aire hasta que poco a poco, desaparecen.
No
obstante, las personas no somos humo, ni siquiera viento, somos aliento, somos
suspiros, somos vida vivida y sueños que alcanzar cada día.
¿Cuál crees que es la mejor edad del ser humano?
En
realidad, no hay un año exacto que simbolice el equilibrio perfecto, porque lo
que la juventud no sabe la madurez lo advierte, y lo que la madurez ansía en
ocasiones lo posee esa inmadura juventud.
La mejor edad es cuando dejas de contar años y cumples sueños, y para ello se
requiere algo de valentía, una gota de atrevimiento, y desprenderse a su vez de
muchos miedos que durante largo tiempo, nos han puesto su coraza.
En ocasiones nos calzamos con mil excusas, con esas piedras en nuestros zapatos
que nos impiden poder avanzar por el camino de nuestros sueños:
“Es que ahora no es el momento, es que a mi pareja no le viene bien, es que lo más posible es que me rechacen, es que algo me dice que por mucho que lo desee no me va a salir…”
Las personas, a veces, somos hábiles artesanos a la hora de cortarnos nuestras propias alas.
Los pensamientos limitantes, los prejuicios y las inseguridades son en ocasiones los auténticos “radicales libres” capaces de envejecernos por dentro.
De
darnos más edad de la que en realidad tenemos.
Acumular juventud es un arte que todos deberíamos empezar a poner en práctica
desde que tenemos uso de razón.
Porque la auténtica finalidad de esta vida es saber vivirla con la máxima intensidad, ilusión y pasión, intentando rozar con la yema de los dedos cada uno de nuestros sueños.
Anónimo
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