No
existe un día más hermoso que el día de hoy.
La
suma de muchísimos ayeres, forma mi pasado.
Mi
pasado se compone de recuerdos alegres, tristes...
El
día de ayer pudo haber sido un hermoso día...
Pero
no puedo avanzar mirando constantemente hacia atrás, corro el riesgo de no ver
los rostros de los que marchan a mi lado.
Puede
ser que el día de mañana amanezca aún más hermoso...
Pero
no puedo avanzar mirando solo el horizonte, corro el riesgo de no ver el
paisaje que se abre a mi alrededor.
Por
eso, yo prefiero el día de hoy.
Me
gusta pisarlo con fuerza, gozar su sol o estremecerme con su frío, sentir como
cada instante dice: ¡presente!
Sé
que es muy breve, que pronto pasará, que no voy a poder modificarlo luego, ni
pasarlo en limpio.
Como
tampoco puedo planificar demasiado el día de mañana: es un lugar que todavía no
existe.
Ayer
fui.
Mañana, seré.
Hoy, soy.
Mañana, seré.
Hoy, soy.
Por
eso:
Hoy, te digo que te quiero.
Hoy, te escucho.
Hoy, te pido disculpas por mis errores.
Hoy, te ayudo.
Hoy, comparto lo que tengo contigo.
Hoy, te digo que te quiero.
Hoy, te escucho.
Hoy, te pido disculpas por mis errores.
Hoy, te ayudo.
Hoy, comparto lo que tengo contigo.
Porque
hoy respiro, veo, pienso, oigo, sufro, huelo, lloro, trabajo, toco, río, amo...
Hoy.
Hoy
estoy vivo.
Como
tú.
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