miércoles, 16 de noviembre de 2022

Por Que Son Negros

Me gusta el subte porque es como el cumpleaños de quince de una prima
lejana al que todos se ven obligados a ir aunque nadie tenga ganas.

En él converge la mezcla más exótica de seres humanos, una suerte de feria llena de colores y ruido y voces estridentes y alguna que otra imagen triste.

Los pibes se metieron al vagón a los gritos.

Eran tres y ninguno tenía más de ocho años.

Eran flaquitos y maleducados sin maldad, medio pillos pero compañeros.

Uno solo tenía zapatillas, el más chiquito.

Y cuando digo chiquito no hablo de la cantidad de años sino de la cantidad de costillas que le conté sobre la piel desnuda.

El más chiquito tenía las zapatillas y también tenía las tarjetitas.

Las fue repartiendo mientras hablaba a los gritos y el otro le respondía a los gritos y un tercero le gritaba a la gente que les tiraran una moneda, que Dios los bendiga.

Una señora se tapó los oídos.

Recién cuando pasaron en retirada escuché hablar al pibe que tenía sentado enfrente.

Él también habrá tenido unos ocho años.

-Mamá, ¿por qué gritan los nenes?-, preguntó.

-Porque son negros-, dijo la madre.

 Pensé que había escuchado mal y presté atención.

-Porque son negros. Y cuando sean grandes, van a ser ladrones. Vos tenés que tener mucho cuidado con esos chicos.

 

Tenías la oportunidad de sembrar una semilla de amor y preferiste perpetuar el odio. 

Elegiste enseñar a tener miedo.

Podría haberte perdonado la falsa misericordia de quien observa y murmura pobrecitos pero masticaste tanta bronca que ya no sabes hacer ni eso.

Ay, nene, ojalá alguien te explique que tu vieja ese día estaba enojada y que los pibes de la calle no se juntan para jugar, sino porque tienen miedo.

Los pibes de la calle no gritan porque son negros, gritan porque son invisibles.

 

Juan Solá

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